
El Sindicat de Llogateres i Llogaters es una organización de personas que vivimos de alquiler, porque queremos o porque nos ha tocado hacerlo, en Catalunya, y que nos unimos para defender el derecho a una vivienda digna, estable y segura.
El Sindicato nació en mayo de 2017 para acabar con la imparable burbuja de los precios del alquiler en que nos encontramos. El rentismo inmobiliario, bien organizado y con todas las leyes a su favor, tiene todo el poder para seguir asfixiando a inquilinas e inquilinos, subiendo los precios y expulsándonos de nuestras casas con toda facilidad. Vista esta realidad, el Sindicat se ha propuesto organizar a inquilinas e inquilinos para revertir el equilibrio de fuerzas y defender el derecho a la vivienda, a un hogar y un alquiler dignos, buscando como objetivo final la desmercantilización de la vivienda.
Para avanzar en esta dirección es necesario aplicar técnicas, tácticas y estrategias que lleven a conseguir pequeños y grandes cambios. Para poder impulsar este cambio estructural que todas queremos, necesitamos una organización de masas que dispute el marco mental y material del orden actualmente establecido, en el que vale más el derecho a la propiedad que el derecho a tener un hogar digno. Y para conseguirlo, necesitamos una organización que luche en todos los terrenos, ejerciendo un sindicalismo donde vecinos y vecinas inquilinas se organicen para hacer frente a los abusos de la propiedad. Lo hacemos por medio del asesoramiento colectivo (asambleas de inquilinas sobre casos o conflictos en marcha) y por medio de la Comisión de Acción Sindical donde estudiamos las estrategias concretas y las campañas generales… En definitiva, buscamos la manera de fortalecer nuestra situación dentro de una relación tan desequilibrada como es el alquiler de una vivienda. Nos organizamos para tener más fuerza a la hora de negociar y pactar el precio y las condiciones de nuestro alquiler.
También, juntamente con otras organizaciones que defienden el derecho a la vivienda y el cambio social, hacemos patente este problema y presionamos a las instituciones para cambiar las reglas del juego a favor de las personas que vivimos en en los pisos y en contra de los que especulan con ellos.
Por ejemplo, la regulación de los precios de los alquileres de Catalunya (que impedía cualquier subida y provocaba algunas bajadas), las modificaciones de la Lllei d’Arrendaments Urbans (que alargaban la duración de los contratos y limitaban las fianzas), o la reserva, a nivel municipal, en las nuevas construcciones o rehabilitaciones integrales, de un 30% de viviendas con alquiler regulado. Seguimos trabajando para conseguir más avances como estos.
Es decir, nuestras apuestas estratégicas nacen de la ideas de sindicato como modelo organizativo. Apostamos por la organización autónoma de inquilinas con dos soportes: la solución de conflictos concretos y, por medio de ella, la generación de un programa que nos permita ganar poder autónomo y tener incidencia política.
Nuestras principales líneas estratégicas son:
- Desobediencia: Nos Quedamos (No Nos Vamos). Esta estrategia sindical ha permitido que miles de inquilinas hayan podido quedarse a vivir en su casa y negociado nuevos contratos con mejore condiciones: Básicamente consiste en quedarse en casa cuando se nos acaba el contrato, si la propiedad se niega a hacernos uno nuevo o amenaza de aumentarnos el pecio del alquiler. Mientras la propiedad organiza su ofensiva (denuncia por fin de contrato y/o impago), investigamos su potencial, nos organizamos con otras inquilinas de la misma propiedad, e intentamos abrir una negociación con ellos.
- Organización de las inquilinas según su propietario y negociación colectiva.
La distribución de la propiedad nos permite llegar a la mayoría de la población que vive de alquiler, haciendo buzonadas, puera-a-puerta y asambleas de bloque, para que conozcan el Sindicat y, con nuestro apoyo, luchen colectivamente y no se dejen llevar por la resignación. De esta manera podremos plantar cara a rentistas, fondos buitre y a la banca.
- Apoyo mutuo. Si alguien puede recibir ayuda el primer día, es porque hay personas que están devolviendo la ayuda que ellas recibieron en su primer día. Somos fuertes porque el algún momento empezamos a levantar la cabeza y a mirar más allá de nuestro problema personal. Este es el proceso para entender que los abusos inmobiliarios no son un desastre que padecemos uno a uno, sino un conflicto al que debemos enfrentarnos colectivamente. Lo que aprendemos de un caso lo podemos aplicar al siguiente, si alguien lo explica, y así haremos acompañamiento. Al mismo tiempo, esta es una forma de lucha que genera politización y construye organización de base a largo plazo, porque instala en las personas una forma interconectada y colectiva de encarar los conflictos de clase, además del de la vivienda.
- Autonomía y afiliación. Entendemos la autonomía como la formación de un contrapoder cuyo sujeto son las personas no propietarias de su casa. Este sujeto aprende a luchar a través de la acción sindical y de la formación sobre esa misma acción sindical, y se politiza gracias al apoyo mutuo y la organización de inquilinas. La afiliación es la fórmula que permite sostener esta estructura. En estos momentos somos unos 3.000 afiliadas. Queremos seguir sin depender de subvenciones ni donaciones de partidos, fundaciones o instituciones. Y por este motivo tenemos que conseguir que nuestro entorno se afilie, no sólo cuando tiene un problema, sino para seguir luchando.
- Amplias Alianzas. El Sindicat, él solo, no puede cambiar la situación de explotación. Por eso, desde el principio, apostamos por trabajar codo a codo con el movimiento por la vivienda de Catalunya, el sindicalismo laboral y social y las organizaciones políticas que pretenden la transformación radical de la sociedad, y las organizaciones de inquilinas a nivel estatal e internacional.
- Interpelación a las instituciones y a los responsables políticos. Presionamos para conseguir modificaciones legislativas y la puesta en marcha de políticas encaminadas a garantizar el derecho a la vivienda. Y también señalamos a los responsables políticos de la situación actual de vulneración de este derecho y de la desprotección de la población inquilina.
- Desarrollo de herramientas teóricas para la explicación del papel del alquiler como relación social explotadora dentro del capitalismo: formación a toda la militancia, afiliación y movimiento para la extensión de esta idea.
- Elaboración de un programa que nos permita relacionar nuestra acción sindical y nuestros objetivos a corto plazo con el más amplio y general objetivo: la desmercantilización de la vivienda.