Hasta ahora, vivir de alquiler ha sido vivir con inseguridad e incertidumbre, porque…
- Los precios del alquiler suben hasta estrangularnos y quitarnos lo que nos hemos ganado (actualmente, en Cataluña, los inquilinos destinan más del 47% del salario bruto mensual a pagar rentas inmobiliarias. Los menores de 35 años, hasta un 65%)
- La corta duración de los contratos nos obliga a cambiar cada pocos años de vivienda y a menudo de barrio, negándonos la posibilidad de hacer un proyecto de vida mínimamente estable..
Todo esto en el marco de unas leyes que no garantizan el derecho a la vivienda, sino que facilitan la especulación y el abuso inmobiliario. En particular, las reformas legales de 2012 y 2013 (LAU), que dieron todos los privilegios fiscales a las sociedades inversoras (SOCIMIs) y sacaron todas las garantías a los inquilinos: medidas que se tomaron con el objetivo de reactivar la burbuja inmobiliaria, facilitando la rotación vecinal (con contratos más cortos) y la subida de precios, apenas cuando se preveía que más gente viviría de alquiler. Se dio luz verde a fondos buitres y grandes inversores inmobiliarios, convirtiendo todo el territorio urbano en campo abonado a la extracción de rentas y la expulsión de vecinos de sus hogares. Lo que hacen estos grandes actores, cada vez en más lugares del Estado, es violencia inmobiliaria: revientan los techo de precios existentes, empujándolo a la alza, y hacen la vida imposible a los vecinos que viven de alquiler. Cómo también la hacen aquellos propietarios más pequeños que se dejan llevar por la euforia especuladora y optan para expulsar inquilinos e inquilinas arraigados a cambio de una expectativa de ganancia futura. Hay que hacerlos ver el mal que hacen con esta estrategia.
Desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, queremos que los desplazamientos forzados de las inquilinas (por subida inasumible de la renta o no renovación de contrato, a menudo acompañada de acoso) dejen de verse como una situación aceptable. Se trata de desahucios invisibles: formas de abuso inmobiliario que nos echan de casa nuestra y que están destruyendo el tejido social de los barrios. Frente a esto, reivindicamos el derecho en la ciudad, a arraigarnos en los barrios y a poder hacer planes de futuro en una vivienda digna, sin vernos condenadas a un nomadismo no deseado.
Hasta ahora, muchas de nosotros asumíamos la situación como un inconveniente del alquiler. Pero ha llegado el momento de acabar con la resignación: a partir de ahora, #NosQuedamos y pagamos #AlguileresJustos, de acuerdo con nuestros ingresos. Presentamos así, esta campaña, en la que llevamos meses trabajando, ante el abuso y la imposibilidad de encontrar amparo en unas leyes ilegítimas. El objetivo de la campaña es promover el autotutela del derecho a la vivienda ante las subidas abusivas de los alquileres y las no renovaciones de los contratos, animando a las inquilinas a no marchar de la casa de donde pretenden expulsarlas. Nos proponemos conseguir:
- La renovación del alquiler a precios justos (#AlquileresJustos)
- La parada de los desahucios invisibles (#NosQuedamos). Para hacerlo, defendemos la legitimidad de la resistencia colectiva y la permanencia a la vivienda a cambio de un alquiler justo.
El objetivo final de estas acciones de autotutela es transformar un marco de acceso a la vivienda injusto e ilegítimo, que va contra el artículo 47 de la Constitución y contra el que marca Naciones Unidas. Exigimos a los poderes públicos poner fin a la estafa inmobiliaria que están sufriendo los inquilinos e inquilinas, de acuerdo con las diez propuestas del Sindicato: cambiando la Ley de Arrendamientos Urbanos y regulando los precios para asegurar contratos estables y asequibles, como ya se hace a muchos países. El uso social de la vivienda debe primar sobre su uso como mercancía.
Si los poderes públicos no defienden el derecho a la vivienda y siguen promoviendo la especulación sin límite, tendremos que ser la ciudadanía la que garantizamos nuestros derechos, a través de la acción colectiva.
Las herramientas de la campaña #NosQuedamos son:
- una asamblea de apoyo mutuo, donde los y las inquilinas se informan y comparten sus experiencias;
- el asesoramiento legal por parte de las juristas del Sindicato;
- la transformación de las inquilinas afectadas en delegadas sindicales, con la capacidad para defenderse ante los abusos;
- la apertura de negociaciones con propietarios y administradores de fincas de cara a conseguir renovaciones a un precio justo. En el supuesto de que la propiedad se niegue a tener en cuenta el derecho a la vivienda, las negociaciones tendrán una dimensión colectiva y pública que contribuirá a visibilizar y denunciar el problema;
- las buzoneos informativas por barrios y municipios, localizando los edificios donde viven inquilinos, para que se puedan sumar al sindicato, organizarse y protegerse de los abusos. Hasta ahora hemos hecho buzoneos en Sant Antoni (con Fem Sant Antoni) y en Gràcia (con la Oficina de Vivienda de Gràcia). Próximamente haremos en más barrios.
- Y la búsqueda y visibilización de los grandes propietarios que especulan y cada vez concentran más viviendas: por eso hoy hacemos público un mapa de los fondos buitre y las empresas inmobiliarias que hacen la vida imposible a los inquilinos que han ido llegando al sindicato. Si los especuladores nos tratan como “bichos”, y nos desnudan, exigiéndonos que se les demos toda nuestra información privada para poder acceder a una vivienda, nosotros haremos el mismo con ellos.
Además, ya hemos empezado a cosechar victorias:
- Muchas personas que se han acercado al Sindicato han tomado conciencia de un gravísimo problema colectivo, identificando las causas reales y empoderándose.
- Hemos abierto negociaciones con la propiedad que han frenado la marcha hasta ahora silenciosa de las inquilinas.
- Hemos conseguido frenar subidas abusivas de la renta y renovar contratos a un precio justo.
Pero a partir del día de hoy, a estas victorias les deben seguir muchas otras.
Se trata de quedarnos en casa, y de hacerlo pagando un alquiler justo. Defendemos el derecho a la vivienda digna por encima de los que buscan el enriquecimiento a expensas de nuestros derechos.
No nos iremos en silencio, levantémos la voz y… #NosQuedamos!
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