
En marzo de 2019, Mimi, sus dos hijas (una de las cuales, Íngrid, es menor) y su compañero entran a vivir en un piso de la calle Begur, en el barrio de Sants. Ella no tiene ingresos, ya que sufre una enfermedad autoinmune que le hace imposible trabajar. Sólo recibe una pensión no retributiva de 356 euros mensuales. Mientras tanto, su compañero no encuentra trabajo, aunque no haya dejado de buscarlo nunca. Nina, la hija grande, estudia en la universidad y trabaja como monitora de comedor. Tanto Mimi como sus hijas tienen discapacidad, y por este motivo, la pequeña requiere de atención especial en la escuela donde va desde hace seis años.
Cuando abren el piso, lo encuentran en un estado lamentable, ya que hace años que no vive nadie allí y tampoco hay nadie que vaya a conservarlo. Así pues, tienen que arreglarlo para darle unas condiciones que lo hicieran habitable y agradable, para que pudiera vivir toda la familia. La empresa propietaria es Gaos Global S.L., la cual forma parte de un entramado de empresas de gestión inmobiliaria y de otros negocios dirigidas por Carlos Eduardo Ospina Moreno, un gran propietario. Ospina también es odontólogo, reconocido propietario de diversas clínicas dentales, como la Clínica Dental Santa Eulàlia, Bukalix Dental Sabadell S.L. o Dental Site S.L.
Desde que Mimi y su familia entraron a vivir en el piso de la calle Begur, han hecho todo lo posible para negociar con Carlos Eduardo Ospina Moreno un alquiler social, de acuerdo con las posibilidades económicas de la familia. El propietario no ha querido hablarlo nunca con nadie. Tampoco ha querido escuchar ninguna de las protestas que desde el Sindicat le hemos planteado: no hemos podido hablar nunca porque siempre se ha negado. Ni siquiera cuando la oferta de un alquiler social por parte de la propiedad era una obligación por ley de acuerdo con lo que establecía el Decreto ley 17/2019 de medidas urgentes para mejorar el acceso a la vivienda, pero que hace unos meses quedó anulado por el Tribunal Constitucional (un hecho que hace todavía más difícil garantizar el derecho a la vivienda de todas las ciudadanas).
El 14 de junio, Mimi y su familia se enfrentan al segundo lanzamiento de su desahucio. Estamos seguras de que lo aturaremos porque no permitiremos que nadie se queda sin hogar… ¡Y mucho menos si hay una criatura por medio! Exigimos a Carlos Eduardo Ospina Moreno que ature este proceso y se siente a negociar un alquiler social para la familia de Mimi. Para él, es una propiedad más… pero para Mimi es su hogar y la de sus hijas.