
El proceso judicial para reprimir la protesta por el derecho a la vivienda ha quedado en sentencia absolutoria. Hoy la jueza ha comunicado la absolución a Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogateres, Alpha Mikeliunas y Fran Ortega, pareja inquilina que vive en el edificio de Floridablanca 92.
La propiedad del inmueble, la familia Mas-Beya Fradera (propietarios con más de 100 viviendas y locales solo en Barcelona), los acusaba de un delito de faltas y coacciones por participar en una protesta pacífica, en la que el Sindicato denunció el brutal acoso inmobiliario que estaba sufriendo la pareja, así como la amenaza de desahucio. La fiscalía pedía 9 años de prisión (3 a cada uno).
El Sindicat de Llogateres celebramos que hemos ganado este proceso judicial que nunca tendría que haber tenido lugar dado que su móvil no era juzgar a las encausadas, sino juzgar el derecho fundamental a protestar ante la injusticia. Desde el Sindicato sabemos que la mejor respuesta a la represión es que no les salga a cuenta. Que por cada juicio farsa como este haya 1000 personas más afiliadas a Sindicatos que defienden el derecho a la vivienda. Que por cada multa haya centenares de personas parando desahucios. Que por cada persona detenida por ejercer el derecho a protesta haya mucha más gente en las asambleas.
La defensa de las encausadas, junto con la masiva respuesta social y el apoyo recibido por parte de centenares de entidades y organizaciones de todo el mundo ha conseguido desmontar una acusación que pretendía hacer pasar por delito una protesta totalmente pacífica. Vivimos una crisis brutal de alquileres abusivos y desahucios, y vemos como hay administraciones que se dedican a perseguir a aquellos que estamos haciendo lo que no hacen ellas: garantizar los derechos humanos.
Esta es una victoria de los derechos humanos, del derecho a la vivienda y del derecho a la protesta, ante la especulación y el acoso inmobiliario. Una victoria de la solidaridad ante la codicia y el odio. Desde el Sindicat de Llogateres nos reafirmamos en nuestra lucha en defensa del derecho a la vivienda. Si alguien pensaba que nos asustaríamos, se equivocaba. No renunciaremos nunca a defender nuestros derechos ni a seguir creciendo y organizándonos para construir cada día una sociedad más justa.