
Cacerolada, parlamentos desde el balcón y más pancartas en respuesta a la negativa de Lioness Inversiones de negociar y a su intento de criminalización
Después de meses a la espera que Lioness Inversiones cumpla con su palabra, el vecindario de Casa Orsola relanza la campaña y vuelve a movilizarse. Os compartimos el comunicado.
Manifiesto
Fuera Buitres de la Casa Orsola y del barrio. Las vecinas, nos quedamos
Después de más de un año de conflicto entre el vecindario de Casa Orsola y lo fundes buitre Lioness Inversiones, la propiedad continúa negándose a negociar y a ofrecernos una solución razonable. Después de meses de lucha, acciones y manifestaciones masivas, de muestras de apoyo por parte de centenares de vecinas y decenas de de entidades, de declaraciones por parte de los representantes políticos al Pleno del Distrito, la propiedad mantiene la actitud prepotente que lo ha caracterizado hasta ahora. Amenazas y demandas han sido la única respuesta de Albert Ollé. La propiedad dijo acceder a una mediación a través del ayuntamiento de Barcelona. Meses después, podemos afirmar que para la empresa de Albert Ollé esta mediación ni existe, ni ha existido nunca. Mientras esperábamos a recibir sus propuestas, el único que hemos recibido han estado demandas judiciales por finalización de contrato y denuncias penales contra miembros del Sindicat de Llogateres y la Xarxa d’habitatge de l’Esquerra de l’Eixample. Una vez más nos han demostrado ser unos profesionales de la mentira y la prepotencia.
Ante esto, desde la Casa Orsola, anunciamos que retomamos nuestra lucha y gritamos al conjunto de vecinos y vecinas de Sant Antoni y la Esquerra del Eixample a organizarse y defender activamente nuestros barrios y nuestras casas, ante el ataque de fondo buitres, especuladores y rentistas. Más allá del apoyo y la solidaridad que siempre nos han mostrado, es necesario estar alerta y pasar la ofensiva. Casa Orsola solo es la punta de lanza de un proceso más amplio: el de la expulsión de las vecinas para hacer lugar a apartamentos turísticos y pisos de lujo, como se hace cada vez más palpable alrededor de la Superilla. Está claro que queremos vivir en barrios con menos coches y más espacio para la vida comunitaria, pero de nada nos servirá si estas mejoras urbanas, en lugar de beneficiar a los vecinas y vecinas, acontecen una amenaza y agravian las presiones para echarnos de nuestras casas o para imponernos alquileres imposibles. La victoria de los vecinos y vecinas de la Casa Orsola tiene que ser, pues, un primer paso imprescindible en la defensa del barrio, del derecho a la vivienda y de nuestras vidas.
Así mismo, tenemos que preguntar en el Ayuntamiento y la Generalitat: piensan hacer algo? Hasta cuando seguirán regalando nuestra ciudad a rapaces, a buitres extranjeros o nostrats? Hasta cuando se llenarán la boca de buenas intenciones y de propuestas estériles, mientras evitan hacer frente a la prepotencia de quien nos quiere expulsar de nuestras casas? Para quien están gobernando, si permiten que el poder del dinero pase por encima de los derechos más básicos y convierta Barcelona en un parque temático sin vecinos? Es hora de demostrar su compromiso con la Casa Orsola; es hora de ser firmes ante la arrogancia de especuladores como Albert Ollé; es hora de actuar.
Por último, queremos enviar un mensaje a Lioness Inversiones: todavía están a tiempo de sentarse a negociar una salida digna a este conflicto; una salida que pasa, ante todo, para garantizar la permanencia de todas y cada una de las vecinas de Casa Orsola. Todavía tienen la oportunidad de encontrar una solución razonable y dialogada. Vista su actitud hasta el momento, tenemos dudas de si sabrán aprovecharla. Del que no tenemos ninguna duda es que de Casa Orsola marchará Lioness Inversiones, no sus vecinas.