
El New York Times anuncia que la ciudad de Nueva York ha congelado los precios del alquiler, protegiendo a más de 2 millones de inquilinos e inquilinas que estaban sufriendo las peores consecuencias económicas debido a la pandemia.
El Rent Guidelines Board, el panel especializado en arrendamientos urbanos formado por arrendadores y arrendatarios, ha aprobado esta medida, congelando los alquileres de aquellos contratos que se renuevan anualmente, e imponiendo medidas similares para los contratos dos años. La medida permite que los arrendadores aumenten el alquiler un 1% en el segundo año.
Esta medida surge del conflicto que había entre los intereses de los arrendadores y el de los inquilinos. Mientras los primeros querían aumentar las rentas un 2% en los contratos anuales y un 5% en los contratos de dos años, los sindicatos de inquilinos proponían congelar los alquileres durante dos años.
Algunas organizaciones de inquilinos abogan por la bajada de precios, ante la grave situación que se encuentran millones de familias.
La congelación de precios no hubiera sido posible sin la movilización inquilina con la huelga de alquileres y la campaña #CancelRents. Esta medida tampoco hubiera sido posible sin las protestas organizadas contra la brutalidad policial y el racismo institucional.