El mobbing o acoso inmobiliario es una pieza clave en la operativa de las expulsiones de vecinas. Habitualmente afecta a edificios enteros, pero también a inquilinas solas porque el resto de la escalera ya son oficinas o pisos turísticos. El acoso, por lo tanto, no es un fenómeno extraño, aislado, ni poco frecuente. Forma parte de una estrategia por parte de la propiedad para obtener beneficios a expensas del derecho a una vivienda digna de las vecinas inquilinas de la ciudad.
La Ley del derecho a la vivienda de Catalunya, aprobada en 2007, dice muy claramente que el acoso inmobiliario es una discriminación en el acceso a la vivienda. Además, la Ley entiende que cometer acoso es una infracción muy grave que puede comportar multas de 90.000 a 500.000 euros en el caso de Barcelona.
Aquí tienes el modelo de denuncia de acoso para descargar y rellenar. Puedes presentarla a la Oficina d’Habitatge de tu barrio.