
Manuel ha conseguido hace poco una victoria inquilina resonante: contrato nuevo, una rebaja del precio y una contención en la actualización de la renta… pero no es la primera vez que, gracias a la acción del Sindicat de Llogateres, ha podido renegociar unas condiciones más favorables y justas de su alquiler. Durante los peores momentos de la pandemia, Manuel se benefició de una rebaja de 200 euros en su contrato, gracias a un anexo negociado entre el Sindicat y la propiedad.
Ahora bien, esta era una solución temporal. Después de los momentos más duros del confinamiento y de los días inmediatamente posteriores, Manuel tendría que volver a pagar 900 euros por su piso, el precio original… además, la renovación de su contrato se aproximaba. O mejor dicho, tendríamos que hablar de una prórroga, porque la propiedad no quería negociar un contrato nuevo.
Como defendemos siempre desde el Sindicat, abogamos por un nuevo contrato de cinco años (porque el propietario era un particular) y queríamos mantener una rebaja en el precio, puesto que se adecuaba más a las necesidades del afiliado. Después de batallar por un nuevo contrato de alquiler más justo, la propiedad accedió a satisfacer las demandas de Manuel, y así es como conseguimos pactar un nuevo contrato de cinco años que rebaja ciento euros el precio original. Además, no se actualizará la renta en los tres años y, cuando lo haga, se aplicará según el Índice de Garantía de Competitividad (IGC); es decir, no podrá subir nunca por encima del 2%.
A pesar de esto, tuvimos que estar atentos hasta el final, ya que las fincas que administraban el piso intentaron, hasta el último momento, incluir una serie de cláusulas abusivas que conseguimos detectar en el borrador del contrato que enviaron. Esta vez, teníamos todavía más argumentos para combatirlas, porque hacía poco que gracias a un juicio impulsado por el Sindicato, un juez había considerado ilegales una serie de cláusulas que ahora las fincas querían incluir
Finalmente, pues, y gracias al trabajo colectivo del Sindicato y Manuel, este pudo firmar un contrato más justo para su situación. Además, lo hizo sin los abusos que, solo, probablemente habría tenido que aceptar. ¡Enhorabuena, Manuel!