
Las últimas tres semanas, el Sindicat de Llogateres ha finalizado sus asambleas sufriendo episodios de intimidación policial e identificaciones. Mientras se llenan los centros comerciales, los Mossos se dedican a intimidar la asamblea inquilina. Exigimos al Govern de la Generalitat que actúe de forma inmediata.
Desde el pasado 28 de mayo, cuando reactivamos las asambleas inquilinas presenciales, los Mossos han estado presentes durante la asamblea, a la espera de que finalizara para identificar a los organizadores. Mientras vemos como muchas de las terrazas de toda la ciudad superan con creces el límite de aforo permitido con impunidad, mientras los centros comerciales se llenan de gente, los agentes se dedican a entorpecer una asamblea que tiene como objetivo apoyar a familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad debido a la crisis sanitaria.
Las últimas tres semanas, los Mossos han podido comprobar que en las asambleas se están tomando todas las medidas de seguridad que contempla la ley para minimizar el riesgo de contagios por Covidien-19: localización al aire libre, uso de mascarilla , gel higiénico y manteniendo la distancia de seguridad. Tampoco fueron testigos de ningún incidente que requiere su atención. Sin embargo, al terminar la asamblea han procedido a identificar a los organizadores para, supuestamente, dar cuenta de una concentración y sus «responsables». Una vez más se pone en funcionamiento la lógica de la ley mordaza para amedrentar la organización y la lucha en defensa del derecho a la vivienda. Por ello, es totalmente necesario recordar la relevancia de derogar una ley que sigue criminalizando a los movimientos sociales.
Las intervenciones policiales de los pasados 5 y 12 de junio en el barrio de San Antoni fueron especialmente intimidatoria. Las autoridades estuvieron vigilando desde los vehículos durante toda la asamblea, sin ningún tipo de intervención. Más tarde, nos enteramos de que dos agentes de paisano estuvieron infiltrados en la asamblea. Al finalizar la reunión, los tres vehículos de Mossos siguieron a los organizadores hasta la sede del Sindicat para identificarlos.
La asamblea inquilina es el espacio donde muchas familias afectadas por la pandemia explican sus problemas y donde se organiza una red de apoyo mutuo, ante leyes que desprotegen a los hogares que viven de alquiler. Una vez más los mozos demuestran su papel en la represión de los movimientos sociales, en particular del movimiento por el derecho a la vivienda, poniendo por delante la defensa de la especulación inmobiliaria y el enriquecimiento de grandes tenedores y fondos buitres, como ya hacen cada día con la ejecución de los desahucios y ahora también practicando identificaciones y tácticas intimidatorias durante el desarrollo de nuestras asambleas.
Por todo ello, queremos denunciar la función intimidatoria, discriminatoria y coactiva de los Mossos contra la asamblea inquilina en medio de una crisis social sin precedentes. Denunciamos que vuelva la burorrepressión como práctica policial para amedrentar y desactivar la organización colectiva. No nos dejaremos intimidar por estas prácticas abusivas, ni dejaremos de organizarnos y defender nuestros derechos, por eso el Sindicato de inquilino mantiene las asambleas inquilinas presenciales para que cada semana los inquilinos y arrendatarios puedan encontrar un espacio de apoyo mutuo, donde resolver los problemas de forma colectiva ante la grave crisis de vivienda que estamos sufriendo.