
Blanca y su familia recurrieron al apoyo del Sindicato para poder negociar, en condiciones justas, quedarse en su hogar
Blanca y su familia viven desde hace muchos años en Barcelona, en un barrio en el que han echado raíces y donde sus 2 hijos menores van a la escuela. El precio del alquiler en este barrio ha subido notablemente en los últimos años, en una ciudad donde el alquiler medio ya se sitúa alrededor de los 900€ mensuales. Después de todo ese tiempo residiendo en el barrio, Blanca y su familia deben tomar una decisión difícil: o luchar por quedarse en el barrio pagando un alquiler justo, o convertirse en nómadas forzosos y buscarse otra casa, seguramente en otro barrio o incluso fuera de la ciudad.
Este último mes de marzo, al aproximarse la fecha para la renovación del contrato de su piso, Blanca quiso ponerse en contacto con los administradores de su finca pero por un motivo u otro nunca estaban disponibles… empezaba a tener la sensación no querían recibirla ni hablar con ella. Después de mucho insistir pudo contactar con ellos y fue entonces cuando le comunicaron que los propietarios de su piso no querían renovar su contrato de alquiler porque necesitaban recuperar el piso por «motivos familiares». En otras palabras, querían expulsar como fuese de su casa a Blanca y su familia, daba igual si estaban dispuestos a pagar un poco más por el alquiler, o si tenían 2 niños pequeños a su cargo. Sencillamente, no querían renovarles el contrato.
Ante esta situación Blanca no dudó en ponerse en contacto con el Sindicato de inquilinas y venir a explicar su caso a una de nuestras asambleas de la campaña #NosQuedamos. Allí vio que su caso no era el único y que la solución pasaba por la lucha colectiva, los inquilinos ya no estamos solos! También pudo saber quién era el propietario de su piso y si tenía otras fincas: se trataba de un pequeño propietario que extraía rentas de varios inmuebles. Esta información le dio la fuerza necesaria para negociar con los administradores la prórroga por un año de su contrato de alquiler, prevista en la Ley de Arrendamientos Urbanos vigente ahora mismo, y conseguir, además, que los administradores se comprometieran verbalmente a ampliar esta prórroga por tres años más!
Sin embargo esta victoria es sólo una batalla más de la guerra: queremos que Blanca firme la renovación de 3 años que le han prometido y no vamos a parar hasta conseguirlo, porque ya somos muchos los que hemos decidido que queremos vivir en nuestra casa i que #NosQuedamos!